martes, 2 de agosto de 2016

Claves para la adecuación del talento universitario al mundo laboral

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Si preguntásemos a los directores de recursos humanos de las empresas españolas sobre cuales son principales dificultades para captar recién titulados universitarios, en un alto porcentaje nos dirían que no encuentran el talento que sus organizaciones precisan.
¿Cómo es que las empresas tienen dificultades para encontrar talento si, actualmente, cerca del 40% de los universitarios está en paro? Y la respuesta reside en lo que entienden las organizaciones por talento universitario.

Las empresas catalogan el talento universitario en función de sus necesidades reales de adecuación a la organización. Para ellas, el talento que proviene de la universidad significa una mezcla de:
·       Buena formación y experiencia adaptada a sus necesidades funcionales. Lo que significa acreditar unas buenas notas académicas, el dominio de idiomas, haber realizado prácticas en empresas y tener experiencia internacional (cómo puede ser, haber participado el programa Erasmus).
 
·       Acreditar habilidades intrapersonales. Son capaces de mostrar la iniciativa, creatividad, motivación por aprender o voluntad en el trabajo.

·       Sobresalir en habilidades interpersonales. Los jóvenes universitarios, en este sentido, destacarían, cuanto menos, por su capacidad comunicación y su capacidad para trabajar en equipo.

Bajo esta perspectiva vemos que hablar de talento universitario no es tan sencillo y podemos entender cómo las organizaciones se quejan de tener dificultades para captar talento universitario.

Son muchas las razones por las que las universidades, - y en especial, las públicas-, no contribuyen eficazmente a desarrollar el talento que necesita el mercado laboral:

·       Pocas universidades tienen un sistema efectivo para, por un lado, propiciar la realización de prácticas en empresas (sólo el 17% de los universitarios realiza cada año prácticas en empresas) y, por otro lado, ayudar a los estudiantes a encontrar su primer trabajo (lo que justifica que hayan surgido con fuerza portales online para ayudar a los recién egresados a buscar su primer empleo, como Alumni Global Searh “www.alumnigs.com”).
 
·       En general, son muy pocas las universidades que adapten y desarrollen suficientemente su oferta formativa a las profesiones que realmente y de forme cambiante demanda el mercado laboral. Este aspecto es mucho más grave si consideramos que, para el horizonte de 2020, se estima que un 30% aproximadamente de las profesiones que se demandarán no existen actualmente. 

·       Si bien es cierto que Bolonia está haciendo que las universidades desarrollen metodologías pedagógicas mucho más activo-participativas, son pocas las que dentro de su programa curricular incluyen como asignaturas obligatorias aquellas que están en relación con, por un lado, el desarrollo de habilidades personales y, por otro lado, el emprendimiento. En la mayoría de los casos este tipo de asignaturas se las considera optativas, no dándoles el rango de realmente importantes para integrarse y moverse en el mundo laboral y profesional.  

·       No se incentiva suficientemente el talento universitario, sea hijo de trabajador por cuenta ajena o de un empresario. Las becas públicas no incentivan a los mejores expedientes, ya que sólo es necesario alcanzar un 5,5 para obtener una beca al acceder a la universidad. Para atraer y desarrollar académicamente a los estudiantes con más talento es preciso disponer de incentivos que, además de la capacidad económico familiar, reconozca el potencial académico y personal del estudiante.

Analizando estos aspectos, podemos concluir que el panorama para la integración de los nuevos y buenos titulados universitarios al mundo laboral es bastante complejo; quedando la eficacia de esta integración a la calidad que proveen escasas universidades (ya sean privadas o públicas), a la elección de las titulaciones más demandadas laboralmente (aunque sin orientación profesional suficiente) y a las inteligencias cognitivas y relacionales que los alumnos puedan aportar (aunque sean de forma poco trabajadas).

Es por ello, se hace necesario exigir a las instituciones gubernamentales que regulan la educación, en general, y a las universidades, en particular, que trabajen más activamente en integrarse con el mundo empresarial y profesional (respondiendo eficazmente a sus necesidades reales laborales) y promuevan una formación mucho más integral (combinando los cognitivo (conocimientos prácticos), con lo actitudinal (actitudes) y lo psicomotor (habilidades personales)). También, es imprescindibles que el mundo empresarial sea mucho más proactivo en demandar al mundo universitario los jóvenes talentos que realmente necesita y se preocupe, mucho más, por integrarlos profesionalmente.
Antonio Peñalver

 Articulo publicado en Andalucía Económica en el número de julio y agosto de 2016: http://andaluciaeconomica.com/

1 comentario:

  1. Es verdad que la universidad publica no prepara a sus estudiantes para el mercado laboral, pero yo creo que las empresas deberian de poner de su parte para desarrollar a esos estudiantes que luego van a necesitar mediante practicas verdamente formativas( y si es posible remuneradas para estimular y motivar al estudiante) y no solo de realizar papeleos y de intentar colaborar con las universidad en las asignaturas en las que realmente necesitan tener una carrera univeristaria.

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