Las administraciones publicas
cuando tienen que cubrir una vacante, además de los conocimientos, admiten,
como mucho, la antigüedad. Pero ¿solo por haber aprobado una oposición tengo
derecho a un trabajo de por vida?... ¿Y si no soy productivo? ¿Por qué no me
miden por mi desempeño como lo hacen en el sector privado?
Y es verdad… en el trabajo,
además de los conocimientos, (que, por cierto, deberían acreditarse
periódicamente), deberíamos ser evaluados periódicamente por nuestro desempeño.
En este sentido, la Administración Publica es subjetiva en la oferta de empleo.
Solo por haber aprobado unas oposiciones (y reconozcámoslo, algunas veces,
mediante chanchullos) no se puede tener un trabajo de por vida. Además de los
conocimientos o habilidades de partida, hace falta acreditar de forma continua
un buen desempeño.
Tal vez, por esto, la consensuada Ley 7/2007,
de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado
Público, en su artículo 20, manifiesta
que las Administraciones Públicas establecerán sistemas que permitan la
evaluación del desempeño de sus empleados. En este artículo se dice que la
evaluación del desempeño es el procedimiento mediante el cual se mide y valora
la conducta profesional y el rendimiento o el logro de resultados.
Estando de acuerdo con el
contenido e intención del artículo 20 del Estatuto Básico del Empleado Público,
¿por qué, prácticamente, ningún organismo publico ha introducido sistemas de
evaluacion del desempeño y los que lo han hecho lo han ligado, casi
exclusivamente, a la asistencia al trabajo? Me tengo que morder la lengua para
no responder…
Esta, tal vez, sea la razón
objetiva que busquen algunos para denostar la profesión del funcionario… lo
dejo al criterio de cada uno. Seguro que hay grandes profesionales en la
función publica (médicos, policías, bomberos…) pero, por un lado, en el sector
privado de la sanidad, por ejemplo, la productividad es mayor necesitándose proporcionalmente
menos efectivos y, por otro lado, en cualquier caso, no les miden y gestionan
por su desempeño.
Con este articulo no quiero hacer
un alegato contra el funcionario publico (que, creo, es necesario), pero si
reclamo que se le trate con la misma objetividad que al empleado del sector
privado.
Reclamo a sindicatos y
responsables de la Administración Pública, -muchos de ellos, políticos sin experiencia
en el sector privado, provenientes de la función pública o de las juventudes
del partido-, que se afanen en desarrollar el artículo 20 del Estatuto Básico
del Empleado Público y se implanten criterios objetivos de medición del
rendimiento. En mi opinión, eso es lo adecuado.
Antonio Peñalver
Socio director de People First Consulting
Y,digo,yo: tendrá algo que ver en este alegato el hecho de que su autor se dedique a lo que se dedica?
ResponderEliminarImaginemos que se implanta este sistema: quien se podría postular para asesorar a las múltiples Administraciones Púbicas?
Al margen de eso, el artículo está plagado de tanta ideología como inexactitudes, pero como lo primero es opinable,vayamos con lo segundo; y dando por bueno el argumento de la mayo productividad en el sector privado, en asuntos tan delicados como la Sanidad: puede el autor mostrarnos datos concretos que avalen está teoria?
Esperamos respuesta.
Pd: servidor ha sido, y es, usuario del que fue primer hospital público de gestión privada, y todavía estanos esperando esos datos, pero,vamos,que estoy seguro que el autor nos los va a proporcionar.
Hola Pablo, Gracias por tu aportación: la polémica sana siempre es bien venida. La verdad es que hablo con algo de conocimiento de causa, ya que he sido DG de la Diputación de Malaga y, por ejemplo, las residencias de la tercera edad publicas que gestionábamos tenían muchísima mas plantilla que las del sector privado (cuando sabemos que estás están obligadas a tener, por ley, un dotación mínima de personal). Un cordial saludo,
ResponderEliminarEn mi opinión el problema de la productividad en la Administración Pública es que la persona que va a decidir si un funcionario es o no productivo es un político, un directivo o un jefe de departamento, es decir personas que por sus cargos comprometidos no son objetivos. Además el procedimiento para despedir un funcionario es tan complejo y las causas tienen que ser tan importantes que es prácticamente imposible llegar a ese extremo. De ahí que una parte del sector político tienda a la privatización del sector público, a fin de gestionar mejor los servicios con mayor productividad y menor coste para el fondo público.
ResponderEliminarNATALIA CUEVAS, alumna liderazgo y management
UAH
Estoy totalmente de acuerdo con la aportación, cuando una persona no tiene ese "miedo" a ser despedido no se genera ese interés en mejorar y seguir avanzando en su trabajo. En conclusión hay una perdida de productividad y motivación.
ResponderEliminarRazvan Nicolae Dan , Alumno Liderazgo y Managment UAH