domingo, 24 de marzo de 2019

Segmentar a las personas antes de gestionar: un nuevo enfoque de formación y desarrollo de liderazgo

“Conocer y ubicar previamente a los profesionales en el marco de la organización es la clave de un modelo de formación y desarrollo directivo”

Las soluciones de formación y desarrollo de liderazgo han evolucionado en los últimos años desde una perspectiva conceptual hacia un enfoque de mayor acercamiento a la realidad.

El planteamiento de ‘Liderazgo basado en la Segmentación’ contempla un análisis previo de los equipos de trabajo para facilitar un tratamiento diferenciado de cada uno de sus integrantes. Esta perspectiva antepone el conocimiento de las personas y la segmentación del equipo como elementos de base para: por un lado, efectuar el posterior entrenamiento del directivo para gestionar eficientemente a su equipo, culminando con un servicio de apoyo personalizado; y por otro lado, emprender acciones diferenciadas de formación y desarrollo para los colaboradores evaluados.

Es una visión que reinventa las claves de formación y desarrollo tradicionales y aprovecha las nuevas tecnologías para trabajar sobre la propia realidad de los participantes.

Formación sobre la realidad

En el dinámico paisaje formativo actual, el desarrollo de habilidades, la aplicación de conocimientos y el cambio de actitudes son los tres grandes objetivos que se persiguen en pos de la mejora del desempeño y la contribución a resultados. Enmarcadas en este reto, las acciones formativas han de contemplarse hoy como auténticas generadoras de cambios con verdadero impacto en el negocio de las organizaciones más que como acciones puntuales de mera transmisión de conocimientos. En busca de tamaño desafío, el escenario actual de formación y desarrollo avanza desde un planteamiento conceptual hacia un enfoque dirigido a trabajar con la propia realidad profesional.

En esta línea, hemos experimentado una evolución considerable. En un principio, acometía el desarrollo de profesionales mediante el entrenamiento en habilidades genéricas que todo profesional debe poner en juego en su puesto de trabajo.

Posteriormente, en base a su indudable experiencia acumulada, se centraba en la búsqueda de la ineludible aplicabilidad en desempeño a través de su enfoque de ‘formación situacional’, cuya principal característica reside en la simulación en aula distintas situaciones del día a día de los participantes y entrenar en los procesos de actuación más adecuados que se deben adoptar en cada caso. Ello, posibilita ya la transferencia al puesto con éxito de lo aprendido.

Sin embargo, da un paso más hacía el objetivo de impactar en el desempeño y los resultados, reinventando la estrategia formativa, al superar los entrenamientos simulativos para trabajar sobre la propia realidad de los colectivos.

Esta estrategia, se apoya en las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, analizando las situaciones reales habituales del profesional y posteriormente, trabaja en el aula las mismas. En este caso, la transferencia y el impacto son incuestionables porque se producen durante la propia acción.

Una nueva concepción de la formación en liderazgo

Una vez contextualizada la estrategia en el marco de la evolución de la labor de formación y desarrollo, debemos profundizar en el planteamiento más gráfico de este modelo de vanguardia: ‘Liderazgo basado en la Segmentación’, un revolucionario planteamiento que aborda el complejo asunto del liderazgo desde una óptica real e indudablemente efectiva.

 Con este enfoque, se trabaja sobre situaciones reales para desarrollar posteriormente el modelo de liderazgo más adecuado. En el mismo, se integra y capitaliza de forma objetiva e integral la información del colectivo para ubicar a los profesionales dentro de la organización y consecuentemente, plantear estrategias de actuación para cada uno de los casos resultantes.

Profundicemos en un planteamiento que reinventa los paradigmas tradicionales de la formación y desarrollo directivo:

·       1ª Fase: El valor de la información

El primer paso que da el modelo para desarrollar competencias de liderazgo es conocer la situación del colectivo que gestiona el directivo. El verdadero valor diferencial de esta metodología reside en la labor de integración de esa crucial información, toda vez que convierte una mera colección de datos de origen diverso, -que habitualmente existen dentro de las organizaciones, pero de forma dispersa y con uso parcial-, y se utilizan en una verdadera segmentación.

Pero, ¿cómo se realiza esta labor de integración de la información? Adoptando una concepción integral de la información puesto que ofrece una visión mucho más certera y objetiva de la realidad que se ha de gestionar. Con esta vocación integral, se ha de recabar de forma sencilla la información y se establece indicadores en torno a cuatro ejes:

·       Actividad y Motivación: ¿Qué hace? Esta primera variable atiende a los datos de actividad de los profesionales y aporta una aproximación al nivel de motivación que presentan en el desempeño de sus responsabilidades.

·       Calidad: ¿Cómo lo hace? La segunda variable se refiere a la competencia del profesional en su desempeño. Incorpora datos muy valiosos sobre el comportamiento de cada uno de los integrantes del equipo, analizando y valorando como se desenvuelven en su puesto y en su entorno.

Ambos ejes, se evalúan a través de procesos de evaluación del desempeño, y luego son trabajados en el aula analizando los resultados de las personas y del equipo, en su conjunto.

·       Resultados: ¿Qué consigue? Este apartado contempla la aportación pura y dura al negocio. Es la parte de información más cuantitativa y engloba los resultados de cada profesional.; siendo aportados por la propia organización.

·       Capacidad de Progreso: ¿Hasta dónde puede llegar? Esta variable se centra en inferir la progresión de carrera que puede tener el profesional en base al análisis de las competencias genéricas de la empresa en caso de tenerlas definidas u otras más globales asociadas a la posición. Los datos relativos a este eje, se obtienen a través de procesos de assessment realizado generalmente por profesionales externos.

La metodología posibilita relacionar los datos contenidos en las distintas variables y las posibilidades que ofrece son enormemente útiles y funcionales, obteniéndose una imagen gráfica y visual que ubica a los componentes dentro del equipo profesional: grado de eficacia y eficiencia en el desempeño de las personas y el equipo; así como, los diferentes niveles de desarrollo Profesional de los colaboradores.

Las organizaciones pueden evaluar los ejes que consideran oportunos y adaptar el proceso de recogida de información a sus propias necesidades.

·       2ª Fase: Una “fotografía” del equipo

La diferenciación resultante discrimina a los colaboradores, miembros del equipo a estudio, por segmentos e informa, sencillamente, del valor de cada colaborador dentro del equipo y la organización.

Con un enfoque de análisis de las personas especialmente grafico y eficaz para concretar acciones de liderazgo y de desarrollo de las personas que se dirigen, se obtienen tres tipos de análisis:

·       Eficacia en el Desempeño. Como resultado de interrelacionar los datos de actividad y de calidad.

·       Eficiencia en el Desempeño. Se trata de un enfoque más potente de información, resultado de interrelacionar la actividad y la calidad con los resultados.

·       Desarrollo Profesional. Se trata de los niveles de diferenciación de los profesionales, desde la necesidad de análisis hasta el Potencial de Desarrollo, resultante se cruzar el eje de capacidad de progreso con la eficiencia en el desempeño.

Utilizando un símil, el directivo obtiene una fotografía fidedigna de su equipo, a nivel individual y grupal, en la que contempla, a simple vista, qué es lo que tiene y obtiene pautas para poder concretar acciones diferenciadas antes de llegar a las jornadas de formación.

Es fundamental que el participante en el proyecto –el directivo, gestor del equipo– cuente con el tiempo adecuado para analizar y madurar los resultados obtenidos antes de acudir al entrenamiento. Por supuesto, el directivo cuenta con el apoyo de un consultor que resuelve cualquier duda que pueda surgir alrededor de la segmentación que se ha realizado.

Asimismo, la integración de la información resultante que realiza el modelo favorece el máximo aprovechamiento de la misma desde el punto de vista informático. Tanto en la recogida e integración de información como en el ofrecimiento posterior de los resultados no existen dificultades técnicas añadidas que puedan producir incompatibilidades con otras herramientas ya implantadas. Es, sin duda, otra de las bondades de este planteamiento: la operativa se ubica en una plataforma externa (en Internet) que elimina cualquier dificultad de recogida, adaptación y tratamiento de la información, sin exigencias técnicas.

·       3ª Fase: Entrenamiento presencial.

Realizada la segmentación, es necesario gestionar las diferentes situaciones resultantes y para ello, se plantea una acción formativa donde el directivo, como responsable de la gestión de su equipo y personas, reflexiona sobre la situación de su equipo, identifica las acciones a seguir en cada caso y se entrena en las pautas de actuación personal que tiene que desarrollar.

En concreto, la acción formativa se centra en el desarrollo de los siguientes aspectos:

·       Gestionar a cada colaborador en función de las tareas que tiene que realizar, identificando sus puntos fuertes y áreas de mejora;

·       Ubicar a cada uno de sus colaboradores en una de las diferentes situaciones que se pueden encontrar en función de los resultados de la segmentación:

o   Mantener: Alta Eficiencia en el Desempeño pero Baja Capacidad de Progreso.

o   Desarrollar: Alta Eficiencia en el Desempeño y Capacidad de Progreso.

o   Investigar: Baja Eficiencia en el Desempeño y Capacidad de Progreso;

·       Conocer los criterios para definir un plan de desarrollo individual para cada colaborador, siempre teniendo la situación en donde se encuentra;

·       Aportar el proceso de actuación y entrenarse en el modelo de entrevista, -especifica en cada caso-, para comprometer al colaborador en el plan de desarrollo individual;

·       Definir las pautas de actuación posteriores al compromiso de los planes de desarrollo individual que permiten conseguir la eficacia del mismo a través de un buen seguimiento por parte de los directivos.

En definitiva, la acción formativa presencial posibilita que el directivo conocer a su equipo y entrenarse en la manera de afrontar con eficacia las diferentes situaciones de comunicación e influencia a emprender según las especificidades del mismo.

Y con el fin de facilitar que este plan de acción para el equipo y en su caso, los componentes, sea eficaz, se ofrece para el directivo un servicio complementario seguimiento on-line y de coaching.

Por lo tanto, se puede afirmar con rotundidad que la metodología supera la transmisión de pautas de actuación y pasa a trabajar sobre la propia realidad de cada mando y sus colaboradores.

·       4ª Fase: Seguimiento ‘on line’

Es indudable que el trabajo durante todo el proceso se circunscribe a la realidad de cada directivo participante. Aún así, ‘Liderazgo basado en la segmentación’ contempla una fase posterior que aborda las labores de transferencia al puesto de trabajo y coaching, dos acciones que busca aseguran la eficacia de lo aprendido.

De este modo y después de la formación presencial, se pone en marcha el servicio de transferencia de la formación, cuyo objetivo es reforzar la calidad de la implantación del entrenamiento y, por tanto, corroborar la aplicación real de la labor formativa.

Esta tarea se realiza mediante la definición de planes de acción acerca de los miembros del equipo representativos de las distintas tipologías de la segmentación. Un consultor realiza un seguimiento de las acciones reales que el directivo lleva a cabo con ellos y las que debe transferir las claves del entrenamiento recibido. ¿Cómo se realiza el seguimiento? Mediante la tutorización ‘on line’, a la que usualmente se accede a través de internet, y en la que cada directivo informa de la gestión realizada y recibe el apoyo y asesoramiento del consultor.

El seguimiento permite elaborar informes de transferencias sobre el posicionamiento real de cada directivo con sus colaboradores y consecuentemente, definir las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos. Ello, permite definir las áreas de mejora que deberán trabajarse en la siguiente fase del proceso: el coaching.

·       5ª Fase: coaching

Después de este periodo de asesoramiento y seguimiento ‘on line’, y tras haber realizado el diagnóstico de la situación resultante, con sus fortalezas y debilidades, se pueden definir los puntos que han quedado bien interiorizados y los que precisan de un mayor reforzamiento. Dicho de otra forma, la fase ‘on line’ concreta las áreas de mejora de cada profesional y, por ende, define los puntos en los que es necesario profundizar, en esta ocasión en el mismo puesto de trabajo.

El coaching tiene por tanto tres objetivos muy definidos: movilizar la implantación del modelo; apoyar la puesta en marcha de las estrategias más adecuadas de orientación, adecuación y desarrollo de los colaboradores; y facilitar la calidad de manejo de situaciones de gestión de personas por parte del directivo.

El coaching personalizado se orienta a corregir in situ los comportamientos y el manejo de situaciones de cada directivo al tiempo, habilitando al consultor para realizar una valoración presencial de la implantación del modelo de liderazgo y aportar personalmente al gestor las conclusiones sobre su labor y las recomendaciones de actuación pertinentes que le permitan alcanzar los objetivos específicos.

Antonio Peñalver
Socio de People First Consulting

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