En primer lugar, dado que este
foro se refiere al ámbito de las organizaciones, no pretendo abrir un debate
político. Pero si quiero aprovechar los resultados de las elecciones generales
del 10 de noviembre para reflexionar, desde la perspectiva del management,
sobre cómo evoluciona el liderazgo en función de los resultados.
Desde el punto de vista del management, surge la siguiente pregunta: ¿qué le sucedería a los líderes de una organización que, en menos de ocho meses, redujesen significativamente sus beneficios? La respuesta es fácil: serian cesados y/o despedidos. En este caso, Albert Rivera ha dimitido de su escaño y de su Presidencia de Ciudadanos antes de que lo quitasen en su próxima Asamblea del partido. Sin embargo, en el caso del PSOE y Podemos, sus presidentes, –Pedro Sanchez y Pablo Iglesias-, no han tenido la “vergüenza torera” de dimitir y los resultados no se han considerado tan malos como para cesarles; aunque, en el sector privado empresarial, se hubiese considerado la posibilidad de cesarles e, incluso, despedirles.
Como muy habitualmente he
comentado, el líder es aquel que consigue altos niveles de rendimiento, –es decir,
resultados excelentes por encima del 100% de los objetivos-, con eficiencia
operativa y con un equipo de trabajo motivado y comprometido en la obtención de
resultados. Esta fórmula hemos de circunscribirla al entorno de cada
organización.
Y es, desde esta perspectiva, en
la que me gustaría analizar los recientes resultados de las elecciones
generales de noviembre de 2019 y su
efecto sobre el liderazgo existente en los partidos políticos más relevantes.
Obviamente, en este saco no incluyo el resultado de los partidos nacionalistas
y secesionistas, -PNV y ERC, especialmente-, que gracias a la ley D´Hondt no son significativos a nivel nacional en votos, pero
obtienen una representación desmedida ese mismo nivel.
Los resultados electorales generales
recientes de los principales partidos nacionales, comparados con los resultados de abril, han sido los
siguientes:
En base a estos resultados, parece obvio que los partidos políticos que han mejorado significativamente han sido, en primer lugar, VOX y, en segundo lugar, el Partido Popular; (en este último caso, el Partido Popular viene de un reciente castigo electoral por su deficiente gestion de la crisis catalana, por su mala gestion de la anterior crisis económica, -endeudando un 30% más a la nación-, por generar un empleo de baja calidad y por estar involucrada en numerosas situaciones de corrupción.
Por el contario, el partido
político que ha sufrido una debacle increíble ha sido Ciudadanos. A su vez, PSOE
y Podemos han bajado su porcentaje de votos, pero no han
reducido en demasía sus escaños. En especial, los comunistas y anti-sistema de Unidas Podemos ha tenido un significativo descalabro electoral.En base a estos resultados, parece obvio que los partidos políticos que han mejorado significativamente han sido, en primer lugar, VOX y, en segundo lugar, el Partido Popular; (en este último caso, el Partido Popular viene de un reciente castigo electoral por su deficiente gestion de la crisis catalana, por su mala gestion de la anterior crisis económica, -endeudando un 30% más a la nación-, por generar un empleo de baja calidad y por estar involucrada en numerosas situaciones de corrupción.
Desde el punto de vista del management, surge la siguiente pregunta: ¿qué le sucedería a los líderes de una organización que, en menos de ocho meses, redujesen significativamente sus beneficios? La respuesta es fácil: serian cesados y/o despedidos. En este caso, Albert Rivera ha dimitido de su escaño y de su Presidencia de Ciudadanos antes de que lo quitasen en su próxima Asamblea del partido. Sin embargo, en el caso del PSOE y Podemos, sus presidentes, –Pedro Sanchez y Pablo Iglesias-, no han tenido la “vergüenza torera” de dimitir y los resultados no se han considerado tan malos como para cesarles; aunque, en el sector privado empresarial, se hubiese considerado la posibilidad de cesarles e, incluso, despedirles.
Y es cierto: el liderazgo es
efímero y está en función, principalmente, de los resultados obtenidos.
A continuación, realizo como ha
quedado la posición de los líderes de los partidos políticos en relación de los
resultados electorales generales de
noviembre de 2019 y los elementos clave de la fórmula del liderazgo: resultados obtenidos, eficiencia operativa del partido, así como, motivación y compromiso de las bases y electores.
Soy consciente de que cada
organización es un mundo y de que la gestión del liderazgo en los partidos
políticos no se puede interpretar como se haría en las empresas. Pero si
podemos valorar a los líderes de cualquier organización en función de sus
resultados, de su capacidad gestion eficiente y de su habilidad para motivar y
comprometer a sus equipos.
Esta es solo la fotografía de los
resultados en un momento determinado. Los mejores líderes son aquellos que
logran que sus organizaciones se adapten y lideren los cambios. Y, aun así, en
muchos casos, dejaran de serlo por no conseguir siempre que la organización se
adecue al entorno y sea eficiente, sus equipos de comprometan y, sobre todo,
obtengan, de continuo, altos niveles de rendimiento.
Antonio Peñalver
Socio director de People First Consulting
Interesante análisis.
ResponderEliminarAunque en este país cuanto peores resultados obtienes más tienes a tu equipo sacando la cara por ti y con una sonrisa de mirada perdida, pensando que los que escuchan tus valoraciones son idiotas.
Así nos va.
Bueno, en la definición de líder parecen caber otras propuestas, pero uno se sumaría a ligarla, sí, a los resultados, incluso aunque no se superen los objetivos. Ahora mismo recuerdo (aunque no estoy seguro de compartir) que algún experto apuntaba a que el líder es aquel que consigue que la gente quiera hacer lo que tiene que hacer; me gustaba bastante más aquella de que el líder cataliza la mejor expresión profesional (resultados) de sus seguidores, o sea, la del líder catalizador y no tanto capitalizador.
ResponderEliminarPero, hablando de los porcentajes, sin duda PP y Vox han crecido "significativamente"; pero no veo tan "significativa" la disminución de UP ni, mucho menos, la de PSOE. Me ha parecido que aquí se amplifica la cosa, acaso para deslizar luego lo de la "vergüenza torera" y la expectativa de dimisión. Por otra parte y por ejemplo, creo que Casado ha quedado bastante por debajo de sus objetivos (los que él se había propuesto públicamente); no obstante me parece bien que no haya dimitido (acaso cuando los 66, pero no ahora con 89). En fin, quería destacar aquello de los modelos mentales, o sea, que tal vez todo depende del cristal con que se mire... Sí, en realidad estoy convencido de que todo depende del cristal con que miremos. En fin, confío en que vaya mejorando la situación política, con la solución que finalmente se aplique.
En efecto, creo que los restultados obtenidos por cada partido están correlaciondos con la eficacia de sus líderes. Si el líder no logra motivar, dirigir y controlar a los demás miembros del partido, es obvio que no conseguirán buenos resultados. Y si no consiguen buenos resultados, no hay razón para que los ciudadanos voten por el partido.
ResponderEliminarUn buen ejemplo sería el caso del PP. Este partido ha gobernado en el pasado, y sus resultados han sido pésimos (mala gestión de la crisis, corrupción política, etc.). Como consecuencia, los ciudadanos han dejado de confiar en el partido y han dejado de votar al mismo en favor del PSOE.
Otro buen ejemplo sería el caso de Vox. Este partido nunca ha gobernado, pero sus miembros están convencidos de que pueden gobernar en un futuro, y están determinados a lograr ese objetivo. Su líder sabe motivar e implicar a los demás miembros; sabe a dónde quiere ir y cómo. Promete buenos resultados (como todos), pero, a diferencia de los demás, inspira confianza en los ciudadanos, y, por esa razón, los votos a este partido han aumentado significativamente.
Estoy totalmente de acuerdo con muchos aspectos recogidos en este post, ya que creo que no siempre se utiliza la misma vara de medir y no me parece nada coherente y menos tratandose de los posibles candidatos a ser líderes de nuestro país, puesto de gran peso y responsabilidad.
ResponderEliminarSi un líder no consigue los resultados esperados y, además, se empeora con respecto a los obtenidos en otras ocasiones, este líder en cualquier otro tipo de ámbito, sería destituido sin lugar a dudas, tal y como comentas. Sin embargo, tras los resultados electorales del pasado 10 de noviembre, muchos líderes no han sido capaces ni siquiera de asumir la "derrota" y replantearse su papel en el panorama político. Es más, la mayoría de ellos han aprovechado esta situación para sacar pecho y presumir de los resultados, obviando ese análisis crítico que debían de haber realizado cada uno de ellos tras lo acontecido.
Resulta curioso pero la política, al menos en España, parece que olvida el concepto de líder y lo que esta figura conlleva.
Es muy interesante este análisis desde el punto de vista del management. Aunque considero cierto que un partido político no puede compararse al 100% con una empresa, las características y actuaciones de los líderes influyen notablemente en los resultados, al igual que en las empresas. Los votantes en este caso, los identifico como el equipo de trabajo del que un líder se hace cargo, y efectivamente, como hemos podido ver comparando los resultados de ambas elecciones (muy próximas en el tiempo pero con cambios significativos), líderes políticos, como considero en especial, Santiago Abascal, ha conseguido que el mensaje que quiere transmitir haga efecto en su "equipo de trabajo", consiguiendo crear esperanza en la ciudadanía (más allá de opiniones). Además, no sólo en sus votantes, si no en los miembros del partido en general. En el lado opuesto se encuentra Albert Rivera, que como bien se menciona en el post, esto es lo mismo que le ocurriría a los líderes de una organización, o bien dimitir o que directamente la organización prescinda de ti.
ResponderEliminarPor tanto, considero de gran utilidad este post, ya que nos hace darnos cuenta de que el liderazgo no se encuentra únicamente en las empresas, si no que lo vemos en distintos aspectos de nuestra vida y efectivamente, el resultado de estas últimas elecciones nos deja de manifiesto la importancia de éste.
El líder ha de estimular correctamente a su equipo en todo momento para alcanzar los objetivos que se propone, involucrándose en cualquier gestión que conlleve la consecución de una meta, y la política no se excluye. A la vista de la comparativa respecto al número de votos conseguidos por los distintos partidos políticos en abril y en noviembre, podemos apreciar que algunos líderes políticos han aplicado medidas para comprometer a su gente más que otros, provocando unas oscilaciones abismales entre las dos últimas elecciones.
ResponderEliminarHay constancia de que PP ha podido aumentar el número de escaños, mientras que Ciudadanos ha visto como se mermaba su poder en el Congreso, básicamente incentivado por una motivación del equipo muy baja y con apenas eficiencia operativa, mientras que VOX ha obtenido unos resultados excelentes por su correcta gestión y determinación de los objetivos. Es por ello por lo que los líderes han de innovar constantemente y cambiar sus objetivos y técnicas para alcanzarlos, o si no, estarán condenados a la obtención de unos resultados pésimos.
Muy de acuerdo con este post, ya que si es verdad que los líderes de los partidos políticos, en muchas ocasiones no son tratados como los líderes de una corporación, ya que son numerosos casos en la historia donde a pesar de tener resultados ínfimos en las elecciones generales, muy pocos son los partidos que han decidido apartar a su líder y nombrar a alguno nuevo, pero también es verdad que un partido político no funciona igual que una empresa, de forma que hay casos como el de Unidas Podemos donde el líder ya no ejerce como tal, sus resultados no son brillantes y ha perdido un gran número de seguidores.
ResponderEliminarEn el otro lado de la balanza como podemos ver en el post, es el líder de Vox el que ha mostrado una mayor capacidad de liderazgo en estas últimas elecciones ya que sus seguidores creen en él y sus resultados han sido excelentes superando las expectativas.
De modo que es necesario en muchas ocasiones que los líderes de los partidos sean tratados de igual manera que cualquier líder de una empresa si no consigue sus objetivos, ya que si no es cesado se corre el mismo peligro que en una empresa, que el partido pueda llegar a desaparecer.
Me ha parecido muy interesante este post, al tratar a los partidos políticos como cualquier empresa, y así poder analizar y comparar la eficiencia y el desempeño de los diferentes líderes de dichos partidos.
ResponderEliminarCreo que una diferencia palpable en el aspecto del liderazgo, en organizaciones como los partidos políticos respecto a otro tipo de organización como puede ser cualquier empresa, está en que los líderes de los partidos gozan de más oportunidades cunado no cumplen los objetivos que si se tratase de una empresa. Me da la sensación que un líder de partido ya afianzado puede estar al frente del mismo hasta que él decida lo contrario, incluso cuando no se cumplen los objetivos, y que lo único que puede cambiar esto es una clase de descalabro como ha sido el de Ciudadanos en estas elecciones.
Esto se debe, en mi opinión, a que la política lleva impregnado un alto grado de sentimentalismo y fanatismo que hace difícil tratar temas como el liderazgo desde puntos de vista estrictamente objetivos como los resultados, algo que nunca o casi nunca podríamos ver en el mundo de la empresa.
Tal y como se menciona en este post, las metas y objetivos que se deben cumplir son los que marcarán claramente la línea entre ser un buen líder o no serlo. Partiendo de esta base, los resultados son claros, Santiago Abascal ha conseguido llevar un partido "nuevo" para la mayoría de la gente a la tercera fuerza política de España, por lo que estamos hablando de un gran líder; por el contrario Pablo Iglesias y su partido no han sabido dar con la tecla y se han dado un buen "batacazo".
ResponderEliminarOtro punto que se toca en este post y me parece interesante es la fugacidad y brevedad del liderazgo. Como ejemplo claro podríamos mencionar el caso del partido político Ciudadanos y su máximo representante Albert Rivera, que en Abril de 2019 establecía como récord absoluto de votos de su partido y siete meses después perdía casi tres millones de votos. Este mismo análisis en el mes de Abril fue muy distinto al que hacemos hoy mismo. Hablábamos de posiblemente el vencedor y más beneficiado de las elecciones generales en ese momento y, por ende, un gran líder. Hoy Albert Rivera ha dimitido de su partido tras los desastrosos resultados recibidos.
Al menos Albert ha dimitido, sabiendo demostrar una dignidad que echo en falta en otros líderes políticos cuyo único fin es un sillón en el gobierno y no el bienestar del país y de sus habitantes.
Gracias Antonio por publicar sobre algo que todo el mundo parece obviar: los pésimos resultados que han obtenido prácticamente todos los partidos, salvo Vox.
ResponderEliminarRecordando el artículo de Jorge Valdano, me es imposible no ver similitudes en el liderazgo de Maradona, y la mala copia que es Pedro Sánchez. En el sentido de que intenta ser la estrella, y sin conseguirlo.
La única explicación por la que su liderazgo no ha cesado es por la artimaña que ha empleado al polarizar tremendamente la política, usando el jugo sucio de palabras y la desacreditación del adversario esparciendo un miedo no visto antes.
Por otro lado, y recordando aún la tesis de Valdano, tenemos a Santiago Abascal, e incluso a los demás líderes del partido. Encarnan los valores del partido, son arquetipos de las ideas que pretenden defender, y son leales a ellas a lo largo del tiempo, denotando su veracidad y consistencia. Esto genera una unidad que simplemente no existe en otros partidos.
Su determinación, confianza verdadera en lo que proponen, y fuerza de comunicación a través de un discurso con calidad oratoria, son factores de liderazgo que, si bien ya han obtenido la satisfacción del resto del equipo, prometen resultados excelentes y a largo plazo.
Ese estilo de liderazgo ha necesitado de años de trabajo hasta pulirse, muy lejos de la toma de poder "exprés" que ha realizado Pedro Sánchez, y lo que ello acarreará.
Pablo Iglesias ha ejecutado con precisión a cada compañero que osase discernir de su trayectoria. "Un ejecuta o muere" que bien nos demuestra su perfil de líder autoritario e imperativo, los efectos están a la vista ya.
Si Abascal ha sido un pilar férreo en la defensa de los valores del partido, Albert Rivera ha hecho justo lo contrario. Los bandazos interesados en la dirección de la corriente que trajera el viento le ha costado un despido bien merecido.
Merece la pena sin duda reflexionar sobre los estilos de liderazgo, y cómo unos reflejan el buen hacer mientras que otros ejemplifican lo contrario, en su ansia de éxito pasajero y cortoplacista.
En primero lugar, lo interesante sería poder llegar en realidad todo esto a una empresa privada para que realmente se enfrenten al hecho de poder ser despedidos y no busquen estar continuamente viviendo del cuento.
ResponderEliminarEn segundo, el hecho de que un partido como VOX haya obtenido un numero mayor de votos en detrimento de ciudadanos, es una clara referencia a que cada elección que pasa y cada vez nos toman mas el pelo, por lo tanto el país tiende a partirse totalmente en dos, VOX Y UP bandos opuestos, obviamente UP ya tenía un número alto de votos con respecto a VOX pero si valoramos la aparición de UP diríamos que es un gran lider con magnificos resultados.
Para finalizar, en una empresa privada se hacen reuniones para llegar a acuerdos de negociación, no veo una multinacional como puede ser inditex haciendo una reunión de directivos (que son muchos) en la que haya gente tirando piedras a Pablo Isla y el mismo defendiéndose que si el otro hizo lo mismo; no considero que ninguno de los actuales políticos de este país puedan ser considerados lideres, es más creo que deberían ser todos despedidos y formar partidos políticos que esten dispuestos a negociar en vez de tirarse piedras sobre sus tejados.
Jose Luis De Mingo Álvarez
Eliminar